¿QUÉ ES EL EGO?
EL EGO ES LA ÚNICA CAUSA DE TODO SUFRIMIENTO
¡Es urgente aprender a sanarlo y a corregirlo, si lo que buscas es Paz!
El ego es la raíz de todo sufrimiento, pero rara vez lo identificamos en nuestro día a día. Al confundirnos con sus promesas engañosas, terminamos alejados de la paz y el amor que tanto deseamos. En este espacio descubrirás qué es realmente el ego, cómo opera y, sobre todo, qué puedes hacer para deshacer sus influencias en tu mente y en tu vida.
Te invitamos a leer el artículo completo que encontraras más abajo o dando clic en el primer enlace de la lista para que tengas una comprensión más profunda del ego. Sin embargo, si lo prefieres y ya sabes dónde quieres profundizar, puedes saltar directamente a la sección que más te interese:
- ¿Por dónde comenzar nuestro camino de sanación?
- El Ego nos odia: ¿Por qué?
- El engaño más cruel: el ego se disfraza de Amor y Paz
- ¿Es el ego solo arrogancia?
- Iluminar al ego con la verdad
- Dos sistemas de pensamiento: el de Dios o el de el ego
- Tenemos el poder de elegir
- ¿Cómo sé si me guía el ego?
- Elección final: salir del ego
- Decisión final

Los tres mecanismos del ego
El ego utiliza tres mecanismos para ejercer su dominio. Da clic en la imagen del que prefieras profundizar y te llevará a otros artículos relacionados.
¿Por dónde comenzar nuestro camino de sanación?
¿Te preguntas dónde iniciar un proceso de sanación profunda? Existen múltiples opciones para empezar, pero si deseas ahorrarte tiempo y evitar más dolor, empieza por corregir al ego. El ego es la causa —o raíz— de todo sufrimiento y, cuando decimos “todo”, realmente abarca todo.
Ojalá esta breve introducción te ayude a comprender la importancia de tomar en serio la corrección del sistema de pensamiento del ego.
El Ego nos odia: ¿Por qué?
Para empezar, el ego nos odia porque desea obtener nuestro poder de crear. Sin ese poder, él no puede hacer nada. Como no lo posee ni lo poseerá jamás, se frustra y nos ataca. En la enorme estructura que ha erigido, utiliza tres mecanismos clave: juicio, culpa y miedo. Son sus “ayudantes” para generar dolor, sufrimiento y caos, arrastrándonos por oscuros pasillos de confusión y recordándonos lo débiles o abandonados que estamos.
En este punto, el ego nos susurra que sin su guía no podremos salir victoriosos. Así comienzan sus falsas promesas: justicia insaciable, venganza interminable o lo que algunos llaman “karma”. Todo ello es una ilusión que solo sostiene su dominio. ¿Vale la pena aferrarse a esa aparente justicia y sacrificar nuestra paz interior?
Si cargas con “prisiones mentales” llenas de culpables que esperas condenar, te resultará imposible experimentar verdadera paz. El ego no liberará esos pensamientos de culpabilidad; los considera demasiado valiosos para mantenernos bajo control. Cuando aceptamos sus intenciones, le cedemos nuestro poder de crear una vida diferente.
Muchos, llevados por la rabia o la venganza, han llegado incluso a quitarle la vida a otro. ¿Cómo se sienten después? Insatisfacción. Ojalá entendamos que con el ego nunca se gana y que no se limita solo a la violencia o el enojo: eso es apenas la punta del iceberg de algo mucho más profundo y complejo.
El engaño más cruel: el ego se disfraza de Amor y Paz
Otra de las peores artimañas del ego es presentarse como el supuesto camino hacia el amor y la paz. ¡Jamás podrá otorgarlos! El ego no sabe qué es el amor ni la paz, y los percibe como enemigos. Quien genera caos no puede reconocer la paz; quien engendra odio no puede comprender el amor.
¿Por qué entonces nos fiamos del ego para buscar amor y paz? Al no conocerlos, cuando los tiene enfrente nos dice que “corramos”, pues los considera amenaza para su existencia. Así, a base de juicios, terminamos culpando a los demás o a nosotros mismos, llenándonos de miedo y vacíos internos. Es ahí donde el ego triunfa.
Muchos llegan a sentir un “no sé qué hacer”, “todo se salió de control” o incluso “no hay salida”. Lamentablemente, algunos deciden acabar con su vida. Entendamos que al ego le urge separar, dividir y fragmentar todo. Si no puede tener el control, prefiere llevarte al pensamiento de morir, sin advertir que él mismo desaparecería en ese acto.
Resulta astuto y tonto a la vez. Por ejemplo, las relaciones interpersonales son caldo de cultivo para el ego: basta que dos mentes con ego y distintos intereses se unan para que surjan choques y rupturas. Esto no pasa únicamente en parejas sentimentales, sino en vínculos familiares, amistades, compañeros de trabajo, etc. Cada vez que dos egos interactúan, surge la posibilidad de caos y división.
¿Es el ego solo arrogancia?
En nuestra página de Facebook (a la que estás muy invitado/a), solemos exponer al ego con publicaciones enfocadas en su corrección. Mucha gente cree que el ego se reduce a prepotencia, orgullo o violencia. Es cierto que el ego abarca todo ello, pero también es muchísimo más complejo.
La mayoría no relaciona la tristeza, la soledad, la depresión o la ansiedad con el ego. Y, sin embargo, quien se percibe “víctima” también está siendo guiado por él. El ego puede adoptar dos personalidades: victimario y víctima. En ambos casos, su sistema de pensamiento nos sumerge en el sufrimiento.
Iluminar al ego con la verdad
El tema del ego es sumamente amplio. Sobran los ejemplos para “exponerlo” en la mente. Al ego le fascina ser protagonista, pero se esconde a plena vista porque es detestable, y nadie conscientemente querría cargar con algo así.
Piensa en una analogía: ¿qué sucede si llevas una luz a un espacio oscuro? Todo se ilumina. Del mismo modo, llevar conocimiento y verdad a tu mente hace que la oscuridad del ego se desvanezca. Cuando entiendes qué es el ego, cómo está estructurado y de qué forma usa sus mecanismos para “destruirnos”, emerges en tu verdadera realidad. Iluminado con la verdad, el ego no tiene opción más que desaparecer.
Dos sistemas de pensamiento: el Amor o el ego
Algo vital a recordar es que existen únicamente dos sistemas de pensamiento:
- El de Dios (o del Amor, el Universo, la Fuente…).
- El del ego.
No pueden coexistir. O hay luz o hay oscuridad. En el sistema de Dios encontramos el verdadero Amor, la Paz que sobrepasa todo entendimiento, la luz divina y la abundancia inagotable. Por el contrario, en el sistema del ego hallamos dolor, caos, sufrimiento, ansiedad, tristeza, carencia y todo lo que llamamos “negativo”.
Tenemos el poder de elegir
La buena noticia es que podemos elegir cuál sistema de pensamiento seguir. Tenemos el poder de acabar con las directrices del ego. Una de las salidas clave de su sistema es el perdón hacia nosotros mismos por haber elegido mal. Perdonarnos por no habernos priorizado es fundamental. Si deseas profundizar en esto, en nuestro apartado “Perdón” encontrarás más reflexiones.
Existe un plan divino de sanación que no excluye a nadie, pues el Amor no olvida a nadie. No hay poder más grande que el Amor para sanar el ego. Si en este momento surge un pensamiento que niega lo que aquí decimos, ya sabes de dónde viene: es el ego intentando negociar su permanencia.
No se puede estar un rato en un sistema y luego en el otro. Si te sientes así, probablemente nunca has abandonado el pensamiento del ego. Este puede fingir amor, de ahí que a veces creamos estar en lo “correcto” cuando seguimos su guía, pero no es real. Quien decide vivir en el pensamiento Santo no querrá volver al caos del ego. ¿Quién desearía abandonar la paz para regresar a la confusión?
Ahora que sabes un poco más sobre el ego, ¿quieres seguir con él o corregir tu mente? El ego no es más que un pensamiento errado que requiere corrección. Ojalá esta vez te elijas a ti, no a los ideales del ego.
¿Cómo sé si me guía el ego?
Hace poco, un amigo me preguntó: “Rubén, ¿cómo hago para saber qué es ego y cuándo me estoy dejando guiar por él?” Mi respuesta fue sencilla:
“Todo pensamiento que no te lleve a la paz es ego. Cualquier impulso o reacción que te aleje del amor, la felicidad o la plenitud, también lo es.”
El ego nunca conduce a la verdadera paz o a la alegría genuina.
Elección final: salir del ego
Antes de invitarte a profundizar en nuestras publicaciones sobre el ego, quiero recordarte algo esencial: no necesitas creerme a mí ni a nadie más; mírate por dentro y conéctate contigo. Ahí hallarás la guía que necesitas para abandonar las locuras del ego.
Todos estamos siendo llamados a soltar ese sistema de pensamiento, y quien hace ese llamado siempre nos acompaña. No te angusties por cómo empezar. Y si anhelas un acompañamiento más cercano, aquí estamos para aportarlo todo, sin excluir a nadie.
Ya hay cientos de reflexiones al respecto. Si te interesa profundizar en cualquiera de los mecanismos del ego —juicio, culpa o miedo— elige uno y descubrirás un sinfín de publicaciones elaboradas con Amor Verdadero, con la única intención de que despertemos del adormecimiento que enferma y mata.
Recuerda que el cuerpo es víctima de nuestro ecosistema mental. Si nuestra mente sigue el sistema Santo (amor, paz), el cuerpo experimentará bienestar y salud. En lo personal, llevo más de diez años sin saber qué es una enfermedad. Eso no implica que sea inmune a las tentaciones del ego si me descuido; sin embargo, cada día doy un paso hacia la liberación y la conciencia de qué es el ego.
Si, en cambio, el sistema de pensamiento es el del ego, el cuerpo sufrirá enfermedad y muerte. Perdonen si toco una fibra sensible, pero debemos decirlo con claridad: el ego acarrea caos en todos los niveles, y merecemos la verdad completa para elegir con sabiduría.
Decisión final
El ego puede parecer un titán, pero tú tienes la llave para deshacerlo: tu capacidad de elegir. Cada vez que optas por el amor y la verdad, rompes un eslabón más de sus cadenas. Recuerda que no estás solo: la fuente del Amor te llama sin cesar a salir de la confusión.
Sé valiente. Abraza la idea de que la paz y el amor verdadero son tu herencia natural, y permítete experimentar la dicha de una mente liberada del ego. Si quieres profundizar en sus mecanismos —juicio, culpa o miedo— elige la subcategoría que más resuene contigo.
¡Te esperamos para seguir creciendo juntos en libertad!